Buenos días/ tardes/ noches/ whatever
Todavía ando sin internet. Eso ya es sabido por todos. Lo que no es sabido es que estamos cerca de volver a tener. Los conflictos gremiales de Telecom terminaron, y tendrían que estar arreglando la línea en esta semana. Admito que la falta de internet me ha hecho redescubrir la ps2. No es que la haya tenido abandonada, pero no sé, al ser la única manera de liberar tensión que tengo, como que paso más tiempo enfrente de ella. Lo único que realmente me molesta de la sequía digital es la falta de comunicación con el mundo que tengo. Es como si estuviera ciego, sordo y mudo. Extraño hablar con mis amigos, extraño reirme de las boludeces que decimos con Max (muchas referentes a Saint Seiya, como si no fuera obvio a esta altura), de todo. Eso es lo malo de tener una vida 90% internética, ya que prácticamente desaparecí de la existencia. Soy como uno de esos mitos urbanos: "El chico que desapareció" *música tenebrosa y rayos de fondo*
Anduve pensando, y como saben cuando me pongo a pensar es cuando las cosas andan mal, de que si realmente podría existir el amor a la distancia. Es una de mis grandes dudas. He tenido ciberparejas (de hecho, tuve una en la época del ICQ, y un par con el msn), pero siempre han sido casos muy extraños. Por ejemplo, Daniella, chica con la cual tuve una relación fugaz, incluso nos llegamos a conocer en persona (y hasta hubo un beso, por el amor de Buda) pero poco después me dio a entender que el hecho de que caminara con bastones (en esa época) le daba cosa. Pero recordar las cosas que nos decíamos por teléfono o por mail (de hecho, hasta hace muy poco tenía un mail guardado de ella, just for the fun of it) es algo tan... extraño. Me gusta mucho recordar viejas épocas, como que uno va entendiendo las decisiones que se toman en la actualidad, y puede llegar a dislumbrar lo que le deparará el futuro. Sirve además para aprender de viejos errores, y para cometer unos nuevos. La otra vez, en busca de un diploma que necesito para mi curriculum, anduve revolviendo toda mi habitación. Y encontré varias cosas, cosas que entiendo porqué las guardé. Las guardé para un momento como el que pasé.
Leer la carta de Daniella (todavía la tengo en sobre, con su dirección y todo) me emocionó de una manera muy linda. Ver que en ella me decía que quería tener hijos conmigo (cuando seguro no entendía el significado real y la profundidad de esas palabras), que quería casarse y vivir "juntitos hasta ser viejitos". Todo eso me dio mucha gracia, pero de la sana. Me sentí tan tocado en una fibra cercana a la emoción que casi casi siento ternura. En un momento dice que me amaba, que había dejado de hacer un examen con tal de escribirme, que lo hacía mientras escuchaba cumbia (AGGG, MENOS MAL QUE NADA PASÓ CON ELLA!) y no sé qué cosas más. Como que era todo lo demostrativa que me hubiera gustado de una pareja (además estaba buenísima) y a la vez sé que no me hubiera conformado con eso. Bah, bajo esta perspectiva, seguramente en esa época andaba tan ¿necesitado? que hubiera agarrado viaje seguro. El hecho de que poco después me diera a entender que mis bastones (debido a mi condición física) le daban cosa, como que por un lado demostró que no valía la pena. Y por el otro me llevó a reflexionar durante mucho tiempo, reflexión que continúo actualmente. En ese momento recuerdo que pensé que si mi condición la afectaba de esa manera, ¿cómo iba a ser el resto de mi vida? ¿Estaría condenado a sufrir diferencias hasta que Zeus decida enviar mi alma al Hades? ¿Acaso mi condición afectaría el resto de mi vida? Y si lo hacía, ¿era para bien o para mal? ¿Cómo podía hacer para vivir con eso? Porque, si vamos al caso, el que tiene que vivir las 24 horas del día, los 365 días del año con este problema soy yo. Yo soy el que se levanta y se encuentra con Eso. Soy el que se acuesta y se encuentra con Eso. Personalmente, puedo soportar tener que llevar esta espada sobre mis hombros. De hecho, hasta lo llevo con orgullo. Por eso no me curé el dorso de la mano derecha, o la muñeca izquierda. Porque son heridas de guerra. Son heridas que muestro con orgullo y que me recuerdan, en los momentos más duros, dónde estuve y dónde estoy. Y el recordar la diferencia de hasta cuan bajo caí, para verme en el estado actual me hace sentir con un orgullo que pocas veces siento debido a otras cosas. Yo puedo manejarlo, ¿pero podrá la otra persona?, ésa era mi duda más grande.
Y continué meditando acerca de esto, hasta que llegó Sofía. La persona que me demostró que se puede amar a alguien, aún a pesar de los problemas físicos. La persona con la que compartí mis más grandes secretos. La persona a la que me entregué al 300%. La persona a la que amé más, y probablemente no llegue a hacerlo nunca de vuelta en mi vida. La persona con la que compartí el día más importante de mis últimos 5 años: El día que me sacaron el catéter del pecho. Todo el simbolismo que eso significó para mí no tiene maneras de expresarse. Cualquier palabra para demostrar la felicidad que sentí ese día es poca. De hecho, con solo recordar ese momento me emociono (y estoy al borde de las lágrimas en este momento). La alegría que sentí al despertarme de la anestesia, sabiendo que había cerrado la etapa más oscura de mi vida, y encontrarme con el rostro de ella, junto a mi familia y al doctor que me operó (al cual logré darle la mano y decirle un gracias antes que se fuera). Y el saber que todo había terminado, que no habría más problemas de ahora en adelante. Las lágrimas que salieron ese día, salieron desde el alma, mostrando un alivio y una felicidad increíble. Había terminado una etapa, una etapa que me llevó al borde de la muerte. Y había triunfado por encima de ella. Quizás ella no lo comprendió, y quizás nunca lo comprenda, pero no saben lo agradecido que estaba por ese día, y especialmente por su presencia. Pero poco después terminamos y bueno, la historia ya está escrita. Quizás fue culpa mía, que comencé a cambiar al frecuentar a los chicos de LIA, como ella me argumentó hace algunos meses, una vez ya separados. En ese momento lo primero que hice fue preguntarle a mi familia si realmente había camiado mucho en los últimos meses. Y sí, ellos efectivamente me dijeron que cambié, que evolucioné digamos. Dijeron que desde que los empecé a frecuentar, como que fui madurando de la cabeza y si bien estaba teniendo ciertas cosas que no debería tener, son propias de la edad - me dijeron - y que no importaban en demasía porque todo el mundo pasa por lo mismo. ¿Pero y si están equivocados? ¿Y si no cambié y en realidad sigo siendo el mismo que el del año pasado, sólo que más viejo?. A mi no me importa averiguar si cambié o no. Bah, ya no. Me pregunté muchas veces si el cambio fue tan grande como para que una relación se desgastara, pero no se lo podía comentar a nadie ya que habían pocas personas con las que comentaba mi relación en profundidad. Muchas veces me he planteado si en lugar de haber cambiado por las amistades, no cambié (asumiendo que lo hice) debido a un conjunto de cosas que se venían acumulando y explotaron en el peor momento, en el peor lugar. Quizás esto fue lo que sucedió, que el cambio en mí de ser una persona totalmente entregada a ser un "colgado" (como me describió ella) fue debido a que durante mucho tiempo tuve la impresión de que el que sostenía la relación era yo. Debería haberlo hablado, de eso seguro. Pero como estaba enamorado todo me costaba verlo (The Love Side clouds everything, diría Yoda), y necesitaba que mis amigos me pincharan la burbuja con un Redemeer (arma termonuclear del Unreal Tournament). Además, cuando yo mismo notaba algo de esas cosas, yo simplemente lo anulaba con un "no lo hizo queriendo, ya va a cambiar" que si lo escucho ahora me pone nervioso. Las cartas que encontré de Sofía muestran poco entusiasmo, y más allá de que los sentimientos estaban expresados, como que no era suficiente. Al parecer soy una persona que necesita el continuo cariño de su pareja. Que necesita que de la nada te besen, que te abracen, que te digan que te aman porque sí y no porque vos se lo dijiste. Ella no era demostrativa, lo supe desde el primer día. Yo sabía a lo que me enfrentaba al ponerme de novio con ella. Pero el amor pudo más, y utilicé esa excusa para tapar todos esos pequeños detalles que me jodían.
Y sabiendo que soy una persona necesitada de afecto, vuelvo a la pregunta inicial que dio pie a todo lo de recién: ¿Se puede mantener una relación a distancia?. Si tuviera una, es porque quiero demasiado a esa persona. No creo que yo me quiera embarcar en algo en lo cual salga perdiendo. O quizás sí, cegado por el cariño y el querer hacia esa persona, me metería en algo imposible de sostener con el tiempo. Pero teniendo en cuenta que existe la posiblidad, en un caso hipotético, de conocer a esa pareja a distancia, ¿valdría la pena el sufrimiento de no tenerla cerca?.
La respuesta escapa a este corazón débil y a esta mente frágil. Pero seguramente valdrá la pena, si es que esas personas se quieren de verdad. No lo sé, pero si quiero a una persona y tengo la posiblidad de estar 1 día nomás con ella, la aprovecharía sin dudarlo, aunque no suceda nada. Seh, Realmente vale la pena.
En fin, ando raro últimamente. No sé muy bien porqué, o mejor dicho, no quiero aceptarlo. Sé qué es lo que me tiene en desvelo desde hace una semana y media, pero es tan imposible que ya estoy comenzando a resignarme a no poder tenerlo. Life goes on, I can live with that.
Nos vemos David "Magus" Pedreira Carpe Diem
PD: YA TENGO INTERNET LA PUTA MADRE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! PD 2: Esto es publicado mucho tiempo después de que fue escrito. No está muy desactualizado, pero hay incoherencias. No las voy a revisar. Quiero que se publique como fue escrito. |
2 Opinaron sobre el tema:
PT, con amor NoD ^_^
Sé por lo que estas pasando -.-
YO NO TENGO INTERNET!!
Vine, comente y me fui... beso!
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