domingo, febrero 24, 2008

Amor Adolescente: Capítulo 19 - Ella

Amor Adolescente: Capítulo 19 - Ella

Por David Pedreira


Resumen del capítulo anterior: Luego del vistazo al futuro de nuestro protagonista y su inminente muerte, la acción se enfoca en el presente, donde Karina está por sufrir las consecuencias de una noche de lujuria, pasión y sexo. Y si ustedes, fanáticos de Lost, están pensando que el capítulo anterior fue un robo, quiero decirles en mi defensa que fue un Homenaje a la mejor serie de la historia.

"Una hora. No puede ser que el Destino se divierta de esta manera. Si por lo menos yo me lo mereciera todo esto, bueno, vaya y pase. Pero no he hecho nada malo, no a propósito al menos. Y sin embargo, el Karma y el Destino se toman de la mano y se regocijan en alegría cuando me ven en semejantes aprietos como los que tengo en este momento. Pero mariconeando no lograré nada, mejor me pongo a tratar de solucionar esto, y el primer paso es despertarla a Kari, pero ella ya lo estaba, y me miraba con cara somnolienta:

- Vestite, rápido. Ezequiel viene en una hora.

Su cara reflejó el mismo susto y la misma sorpresa que la mía segundos atrás. Mientras me pongo la remera, comienzo a ordenar un poco la habitación. No que me importara mostrarle a Eze mi cuarto limpio y pulcro, sino que quería disimular un poco de que alguien vino a dormir anoche. No quiero que siquiera sospeche, que no tenga el menor indicio. Levanto las carpetas que están tiradas encima del escritorio cuando escucho sollozos atrás mío. Me di vuelta y la encontré a Karina sentada en el costado de la cama llorando como loca, con las manos en la cara, su cuerpo todavía semidesnudo, solamente tapado por la sábana que se envolvía entre sus piernas.

- No, no, no, no, no, no, Kari... - ¿Ahora tenés que ponerte a llorar? Por si no te enteraste, tu ex-novio está por llegar, y en caso de que no lo hayas notado, estás desnuda en mi cama. Pero obviamente, no le podía decir esto. Apelé por el lado inocente y tierno de mi persona, si es que lo hay en una situación como la que me encuentro - Kari, Kari, mirame a los ojos, ¿qué pasa?

Lo sé, no fue la idea más inteligente. Ni siquiera la más cercana a la más inteligente. De hecho, si la idea más inteligente fuera un punto brillante en el centro de la galaxia, mi idea sería el punto más alejado del centro. ¿Pero qué le iba a preguntar? "¿Lo hice mal? ¿Sale Round II rapidito? Mirá que todavía tengo ganas".

- Todo esto fue un error - Sollozaba bastante, me partía el alma verla así - No debería haber venido, no deberíamos haber tenido relaciones... no debería haberme metido en tu vida en un principio.

- No, Kari, lo de anoche no fue un err- Puso un dedo en mi boca, y sonrió. La imagen de ella sonriendo mientras lloraba era más triste, si es que eso es posible - Alejandro, fue un error. Quizás algún día lo entiendas, quizás no. Quizás para vos solamente seré una chica más con la que te acostaste. Y encima ella fue a tu casa totalmente entregada. ¡Imaginate contarle eso a tus amigos! No, no digas nada, yo sé que no lo vas a hacer, vos sos un buen pibe. Todo este tiempo te mantuve alejado porque yo estaba enamorada (y sigo estándolo) de Eze, y con el flaco del msn también en medio de la relación, yo no quería lastimarte, no quería meterte en ese lío terrible en el que estaba. Me caes muy bien, y en otras circunstancias, me hubiera gustado que nos conociéramos más, que pudiéramos contarnos nuestros secretos, compartir momentos hermosos y porqué no, llegar a algo más. Pero las cosas no se dieron como sería justo. Lo de anoche fue un error pero - y agregó, con una sonrisa que si bien no la había abandonado mientras me confesaba todo eso, esta vez fue más real, desde el corazón, desde su alma - si te sirve de algo, el error no fue nada físico.

Yo me quedé mudo. No sabía qué decirle, y si le hubiera podido decir algo, ¿se lo habría dicho?. No creo, a menos que sirviera para calmarla un poco. Mientras yo seguía en silencio, ella se vistió rápido, tomó sus cosas y se dirigió hacia la puerta, todavía llorando. Me paré, me di vuelta y la tomé de la mano.

- No, no te vayas Kari, podemos solucionar esto - En este momento ni tenía planeado lo que le iba a decir, todo esto fue mi cabeza en un completo modo automático. - Quedate, y lo hablamos con Eze. No te vayas...

Ella se dio media vuelta, ya casi vestida debido a la poca ropa que solíamos usar en verano, y me miró fijamente a los ojos. Los de ella todavía lagrimeaban un poco.

- Sos buena gente, ale... - Su voz temblaba. E hizo lo que no esperaba: me besó suavemente los labios - Perdoná por haberte usado para olvidar a Ezequiel. Vos no te merecés estas cosas, no te merecés a alguien como yo. La envidio a Mariana...

Y otra vez mi falta de habla. Las mujeres suelen tener esa habilidad innata de dejar sin habla a los hombres en el momento más melodramático. Debería aprender a hacerlo, debería dejar la habitación y que las mujeres queden en completo silencio. Mientras, ella ya había salido disparada, y yo me quedé en el medio de la habitación, sin saber qué hacer. ¿Iba tras ella? ¿Qué debía hacer?. No me pude detener a pensar mucho tiempo porque sonó mi celular. Era un mensaje de texto de Eze:

Llego en 20, hubo un accidente y toda la avenida está atestada de autos. Parece un zerg rush esto.

¿Eh? Ni siquiera le iba a preguntar qué era eso. Seguramente sería algo tan nerd que lo haría hablar durante horas y horas de lo mismo.
Pero por más que me haya dicho 20 minutos, a mí me parecieron 5. Cuando quise darme cuenta, sonaba el timbre de la puerta de casa y estaba Eze junto a alguien. ¿Desconcierto total de mi parte? Podés asegurarlo.

Abrí la puerta, y la vi. Alta, pero no mucho más que Eze (quien tenía más o menos la misma altura que yo), labios normales, pelo largo y levemente rojo. De cuerpo era esbelta, pero normal, nada de anorexia ni tampoco saltaba para el otro lado. Venía vestida ligera de ropa, mostrando sus cualidades normales, nada del otro mundo.

Hola - Me dijo. Su voz, suave, temerosa, tranquila, llena de paz y con cierta profundidad que deseaba alguna vez saber a qué se debía. Pero si bien de cuerpo era normal, había algo que no podía dejar de apreciar: Sus ojos. Había algo en ellos que me atraía. Creo que Eze me
habló, o me saludó, o algo. No sé. Todavía no entiendo cómo llegamos a
mi pieza. Su mirada me había obnubilado."

Fin del capítulo 19

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